Hoy la ví, y tenía un rostro ajeno al que yo amaba el que dan unos años de no ser feliz.
Hoy la ví, y recordé la historia de un pedazo de mi vida en que abrí la primavera bruta de mis años al amor.
Hoy la ví, y tenía un rostro ajeno al que yo amaba el que dan unos años de no ser feliz.
Junto a ti, mi futuro de sueños llené, logré identificar tu belleza y el mundo al revés nos miraban de muy buena fe, nada cruel existía, si yo te veía, reía después.
Desperté la mañana en que no pudo ser, no sin antes jurar que si no era contigo, jamás, que esta herida me habría de matar y heme aquí qué destino que ni el nombre tuyo pude recordar.